Según la Academia Americana de Dermatología, la caída del cabello afecta al 50 % de la población masculina, mientras que, el 25% de las mujeres antes de los 50 años experimentan este problema.
Aunque hoy en día existe una amplia oferta de productos, rutinas y tratamientos para el cuidado del cabello, muchas personas siguen guiándose por creencias populares que, en lugar de ayudar, pueden estar perjudicando la salud capilar. En Colombia, el 35% de las consultas dermatológicas están relacionadas con problemas en el cuero cabelludo y caída del cabello, según cifras de la Asociación Colombiana de Dermatología.
Cortarse el pelo con la idea de que crecerá más rápido, evitar lavarlo todos los días por miedo a que se caiga o usar el secador solo en ocasiones especiales son algunos de los mitos que persisten. “Uno de los errores más comunes es pensar que cortar las puntas acelera el crecimiento. Esto es completamente falso. El crecimiento depende de factores internos como la genética, las hormonas y la salud del cuero cabelludo, no de las tijeras”, explica la dermatóloga de la Clínica Aurora Natalia Giraldo López.
Otro mito que afecta el cuidado diario es el temor a lavarlo con frecuencia. De acuerdo con la especialista, no existe evidencia que relacione el lavado diario con una mayor caída. La frecuencia ideal depende del tipo de cuero cabelludo y del estilo de vida de cada persona. “Si alguien hace ejercicio todos los días o tiene el cuero cabelludo graso, es perfectamente válido lavarlo a diario”, afirma Giraldo.
El uso del secador y la plancha también genera confusión. Aunque no provocan caída directamente, su uso excesivo y sin protección térmica puede debilitar la fibra capilar y favorecer su quiebre. Además, prácticas como halar el cabello con fuerza al plancharlo pueden generar alopecia por tracción, una condición que puede volverse crónica si no se corrige a tiempo.
Y aunque suene sorprendente, el estrés también tiene mucho que ver. Situaciones intensas pueden desencadenar una caída masiva temporal conocida como efluvio telógeno. Esta condición, aunque reversible, requiere atención médica para identificar su origen y evitar que se prolongue.
Incluso la temperatura del agua al lavar el cabello puede marcar la diferencia. El agua muy caliente tiende a deshidratar y debilitar tanto el cuero cabelludo como la fibra capilar, mientras que el agua fría ayuda a sellar la cutícula, aportando un aspecto más saludable y brillante.
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Susana Vallejo tiene 20 años, vive en La Ceja y su talento en el parakarate la ha llevado a lo más alto. Con síndrome de Down y un corazón invencible, es múltiple campeona nacional y ahora abre sus alas hacia el escenario internacional. pic.twitter.com/ujrvd2Wnes
— Hora13 Noticias (@hora13noticias) April 29, 2025