Nohelia ya no puede cuidarlos y ahora busca hogares para sus perritos rescatados
En la vereda Aldana Abajo del municipio de El Santuario, Antioquia, una historia silenciosa se ha tejido durante los últimos 19 años. A lo largo de ese tiempo, cientos de perritos abandonados encontraron refugio en un lugar llamado “Arca de Noé”. Allí, una mujer, Nohelia Ivon Castro, de 72 años, convirtió su vida en una causa: proteger a los animales que nadie más parecía ver.

Hoy, esa misma mujer enfrenta un momento crítico. Su estado de salud es delicado, y la preocupación ya no solo gira en torno a ella, sino también a los 68 perritos que actualmente permanecen bajo su cuidado. El futuro del refugio es incierto.
La fundación opera con la ayuda de un pequeño grupo de voluntarios —entre 10 y 12 personas— que colaboran de forma intermitente. Las necesidades diarias del lugar son numerosas: comida, implementos de aseo, medicamentos, atención veterinaria y labores de mantenimiento. Todo esto se sostiene exclusivamente a través de donaciones.
Claudia, una de las voluntarias, explica que, aunque muchas personas asisten a las actividades públicas o a las jornadas de adopción, pocas se mantienen firmes en el trabajo constante. “Es muy duro ver que, después de tantos años, todavía no hay un respaldo institucional. Todo depende de lo que podamos conseguir como voluntarios, y a veces no damos abasto”, dice.
La historia de Nohelia comenzó mucho antes de fundar el Arca de Noé. Desde niña sintió una afinidad profunda por los animales. Con el tiempo, lo que empezó como un gesto individual se transformó en un proyecto colectivo. Según algunas voluntarias, en casi 20 años de funcionamiento, por el refugio han pasado más de mil animales rescatados.
A pesar de las limitaciones económicas, Nohelia jamás se detuvo. Incluso hace pocas semanas, estando hospitalizada por complicaciones de salud, decidió abandonar el tratamiento para regresar al refugio y continuar atendiendo a sus animales. Su negativa a someterse a una cirugía preocupó a sus allegados, pero quienes la conocen aseguran que para ella no había mayor prioridad que la de sus “peluditos”, como los llama con cariño.
“No sabemos qué va a pasar con la fundación si ella no puede seguir. Estamos tratando de organizarnos, pero hay mucho que depende de ella, y su condición no mejora”, cuenta una voluntaria que ha estado vinculada desde hace 12 años.
A pesar de la situación, Nohelia continúa grabando mensajes desde el refugio. En uno de ellos presenta a Nana, una perrita de tres años lista para adopción. Está vacunada, esterilizada y en busca de un hogar definitivo. “Espero que me visiten y nos sigan ayudando como siempre”, dice Nohelia en el video, con la voz pausada, pero con la intención firme.
El llamado desde el Arca de Noé no es nuevo, pero hoy tiene otro matiz. No se trata solo de ayudar a una mujer que dedicó su vida a los animales, sino de garantizar que el esfuerzo de casi dos décadas no se desvanezca. La fundación necesita voluntarios, hogares adoptivos, recursos y una red de apoyo que permita sostener lo que ella levantó.
Mientras esas preguntas se resuelven, los perritos del Arca de Noé siguen allí, esperando. Algunos son jóvenes y están listos para ser adoptados. Otros han envejecido junto a Nohelia. Todos dependen de que este esfuerzo no se quede sin relevo.
Nohelia, por ahora, sigue resistiendo. Pero el tiempo apremia.
Para adoptar, donar o ser voluntario, pueden comunicarse directamente con la fundación Arca de Noé.

Le podría interesar:
Medellín recordó a Carlos Gardel a 90 años de su muerte con tango y reflexión cultural https://t.co/zaFD6gq1mn pic.twitter.com/zWZOHHnskj
— Hora13 Noticias (@hora13noticias) July 4, 2025
Entérese de más en Hora 13 Noticias.