El potencial está ahí. Egan Bernal lo tiene todo para convertirse en uno de los ciclistas más grandes de todos los tiempos. A sus apenas veintidós años se convirtió el año pasado en el tercer participante más joven en ganar el Tour de Francia, y el más joven en más de un siglo. Esto nos obliga a pensar que si Bernal ya consiguió tal hazaña a tan temprana edad, lo que le espera en el futuro es más impactante todavía.
Sin duda alguna, Bernal es un talento que aparece una vez por generación. Desde hace tres años comenzó a llamar la atención debido a su rendimiento de élite en carreras de máxima categoría. Esto fue recompensado con un acuerdo sin precedentes, de cinco años de vigencia, con el hoy llamado equipo INEOS (antes conocido como Team Sky), una muestra inequívoca de la confianza y fe que le tienen a su talento. Por ejemplo, estrellas como Chris Froome y Peter Sagan usualmente firman por tres o cuatro años solamente.
La fortaleza de Egan de cara al próximo Tour de France quedó bastante clara, y es que mostró sus cartas al ganar en la etapa reina de Occitania, por ello, todas las apuestas están a su favor. El colombiano dejó mordiendo el polvo a Froome, quien sigue siendo de los estelares del ciclismo. Este tipo de actuaciones justifican el hecho de que Bernal haya firmado ese acuerdo a largo plazo con el equipo más rico y poderoso dentro de mundo del ciclismo, además de que el colombiano ya es la apuesta ganadora de INEOS.
El tiempo sin duda está a favor de Bernal, quien si sigue ganando a este ritmo, puede llegar a la marca de cinco conquistas del Tour de France; o incluso romper la desaparecida marca de Lance Armstrong, quien ganó la competición en siete ocasiones. El respaldo de INEOS será fundamental en esta aventura. El equipo ha ganado siete de los últimos ocho Tours de France y va por más gracias a la ambición de Dave Brailsford.
El detalle es que Bernal es el vigésimo ciclista en ganar el Tour de France antes de cumplir los veinticinco años de edad, pero no todos han conseguido el éxito que alguna vez se esperó de ellos. Tales son los casos de Jan Ullrich, quien ganó el Tour en 1997 a los 23 años y jamás volvió a ganarlo; y el de Laurent Fignon, quien no pudo repetir los éxitos que obtuvo en 1983 y 1984.
En algunos casos, fue la suerte la que impidió que estos ciclistas ganaran en más ocasiones el Tour de France, en otras tantas fueron las lesiones o los problemas físicos que empezaron a aquejar desde temprano. La clave para que Bernal pueda convertirse en el nuevo rey del ciclismo mundial, en su nueva figura e ídolo, es que se mantenga en forma y sin lastimarse. Se dice fácil, pero esa es la clave para que Egan defienda su título en territorio francés.