Cándido*, fue reclutado por la guerrilla cuando apenas era un niño, una década después desertó para buscar a su familia. 27 años después escuchó por teléfono la voz de su mamá.
Él creyó durante todos esos años que su familia había desaparecido de la tierra, mientras que ellos creían que no volverían a verse con el niño de 14 años que fue reclutado por la guerrilla en el Darién.
El encuentro con su familia
Hace unos días, Cándido se encontró con su familia en Urabá. Vio de nuevo a sus padres, ya viejos; a sus sobrinos, a los nietos de dos de sus hermanas. Conoció una familia diferente a la que tuvo cuando era un niño.
El día del reencuentro, «abracé primero a mi mamá, porque ella era mi consentida y yo el de ella. El impacto es que uno cree que los va a encontrar como los dejó, jóvenes; también debió ser un impacto para ellos, que me creían muerto», dice Cándido.
La búsqueda de Cándido
Era un niño cuando le entregaron un fusil que, recuerda, era más grande que su cuerpo diminuto. Pocos meses después se enteró de que un grupo paramilitar había cometido una masacre y desplazado a los habitantes de la vereda donde creció, entre ellos sus padres. Entonces perdió el rastro de ellos. A medida que fue creciendo aprovechó para buscar en directorios telefónicos el contacto de un tío que su mamá le dijo alguna vez que vivía en Medellín.
Cuando por fin encontró su número, le dijeron que ya no vivía ahí. A los nueve años de estar en la guerrilla se fugó con un compañero y la búsqueda de su familia continuó en varias ciudades del país. Le siguió el rastro a su tío hasta que lo encontró. Esperaba saber con él dónde estaban sus padres, pero la pregunta que él le hizo lo sorprendió: ¿dónde están sus papás? Ambos habían perdido la conexión con ellos.
Terminó de estudiar el bachillerato, hizo un par de técnicas, vendió Bonice en las calles, se rebuscó la vida como pudo, siempre con la esperanza de que las ánimas le dieran noticias de los suyos. Hasta que en noviembre de 2020 se acercó a la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) y solicitó la búsqueda de su familia. En los años siguientes, los investigadores de Medellín encontraron a varios familiares en el Urabá, pero confirmaron que en la familia había tres desaparecidos más.
“Para mí no hay cómo pagarle a la Unidad de Búsqueda”, dice Cándido, «estaré agradecido siempre, porque me apoyaron, me dieron fuerzas y no dejaron que tirara la toalla. Lo que más quisiera saber ahora es lo que pasó con mis tres hermanos, quisiera encontrarlos, porque yo los dejé cuando estaban vivos».
*Nombre cambiado para proteger su identidad.
Entérese de más en Hora 13 Noticias.
#Hora13Noticias Fue visto por última vez el 27 de agosto en Moravia https://t.co/J0tV8k5aaF
— Hora13 Noticias (@hora13noticias) September 2, 2023