Lesly Mucutuy contó que tuvo que atravesar la selva del Guaviare por 20 días de rodillas, mientras sanaba una herida grave en su pie
La Aeronáutica Civil reveló un nuevo informe donde se detallan los hallazgos relacionados con la caída de la aeronave donde viajaban los niños indígenas que estuvieron perdidos en la selva durante 40 días, además entrega el testimonio de Lesly Jacobombaire Mucutuy, la mayor de estos hermanos y quien sirvió de guía para que se mantuvieran con vida.
Luego de un año del accidente, La Aerocivil aclaró que el piloto decidió hacer un aterrizaje de emergencia sobre la selva, al darse cuenta que no podía llegar al río Apaporis, “se posó aparentemente de manera controlada sobre los árboles y luego se precipitó a tierra de manera casi vertical. Como resultado de la maniobra, hubo daños sustanciales en la aeronave y lesiones mortales para tres de sus ocupantes, adultos”.
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Sin embargo, lo más relevante de este informe, es el testimonio de Lesly. quien contó que perdió el conocimiento por varios minutos tras el impacto y al despertar, descubrió que salía mucha sangre de su cabeza, mientras escuchaba a sus hermanos llorar.
La travesía que vivieron y como la valentía los hizo salir con vida
Lo primero que hizo esta pequeña fue liberarse, pues su pie izquierdo quedó atrapado en la silla y luego fue por el bebé, quien se estaba sofocando bajo su madre, que ya había fallecido. Teniendo este a salvo, soltó a sus otros dos hermanos, que estaban sentados en las sillas traseras de la aeronave.
Según lo revelado los pequeños estuvieron durante dos días y dos noches en el lugar del accidente, comiendo frutas copoazú y tomando el agua que había dentro de la aeronave.
Según la Aeronáutica, fueron clave algunas cosas que estaban dentro de la avioneta, como dos botellas de agua potable, las gasas, un toldillo y una hamaca, así como unas tijeras, con las que pudieron cortar hojas de platanillo para hacer resguardos contra la lluvia.
Lesly dio a conocer que estuvieron caminando por la selva, siguiendo las indicaciones que les había dado su madre sobre las semillas comestibles que podían encontrar y mencionó que no era la primera vez que la niña estaba en la selva, pues con sus familiares había explorado antes estos entornos.
Como hermana mayor y líder de esa misión de sobrevivencia, tomó la decisión de dirigirse con los niños en dirección del río Apaporis para buscar más alimentos y algo de agua. Esto les tomó 20 días, pues estaba desplazándose de rodillas y apoyada en su cadera por la herida que había sufrido en la pierna y cuando pudo caminar, se dio cuenta que no tenía su zapato izquierdo, así que le tocó recorrer esta selva descalza.
Al llegar al río, los niños pudieron alimentarse, gracias a una caña o lanza improvisada que hizo Lesly para pescar y también comían semillas que encontraron a su paso.
Luego de varios días de caminar, terminaron de nuevo en el lugar del accidente y aprovecharon y se aprovisionan de ropa, para seguir su rumbo, esperando encontrar alguna población.
«Los supervivientes escucharon en algunas ocasiones el perifoneo y las grabaciones en idioma nativo indígena de la voz de un familiar, en las cuales les proporcionaba algunas indicaciones relacionadas con su búsqueda. Sin embargo, afirmó que les fue imposible acercarse lo suficiente en dirección a los sonidos, sin saber si su marcha los dirigía realmente a ese objetivo», dice el informe de la autoridad.
Lesly respondió sobre Wilson, el perrito del Ejército que nunca apareció y que Colombia guarda en su corazón
Cuentan también que escucharon voces, que al parecer, serían las personal del Ejército y comunidades indígenas que los buscaban, pero ellos pensaban que podría tratarse de animales depredadores cuyos sonidos podían confundir con seres humanos y evitaron acercarse.
«La Superviviente entrevistada indicó que el sonido de las aeronaves que sobrevolaron las áreas circundantes fue perceptible para ellos, entre los días diez y quince, contados a partir del día del accidente. Sin embargo, manifestó, debido al espeso follaje de la vegetación circundante, no era posible avistar las aeronaves de búsqueda, impidiendo así el contacto visual y realizar cualquier señal hacia ellas», dice el informe de la autoridad.
La menor también reveló que durante los 39 días avistaron diferentes animales como tapires, serpientes, y una tortuga de gran tamaño. Pero que en ningún momento vieron a ningún perro del Ejército, ni siquiera al famoso ‘Wilson’.
«Según su relato, no se produjo ningún encuentro con otras personas durante
su travesía; y tampoco tuvieron contacto con algún canino», sentenció la Aeronáutica.
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