En Colombia, el día de la Inmaculada Concepción se ha convertido en un momento emblemático de la temporada navideña, marcado por una tradición arraigada que une a las familias: la celebración de las velitas. Esta práctica, que simboliza la luz y la esperanza, ha trascendido como un ritual navideño, reuniendo a personas entorno a la calidez de la vela y las intenciones especiales que cada una representa.
Aunque este gesto simple y tradicional pueda parecer común, cada vela encendida lleva consigo una intención única. Según la costumbre, se asigna un color específico a cada una, otorgándole un significado especial: la amarilla para la felicidad, la roja para la abundancia, la naranja para el éxito y la blanca para la limpieza.
La ceremonia de encender las velas se acompaña de un significado profundo. Se inicia con una vela para agradecer, seguida por otra para pedir por el bienestar de los demás, y finalmente se crea una cadena de luz, conectando los deseos y las esperanzas de todos los presentes.
Es importante celebrar este día de velitas en familia, fomentando intenciones positivas y siguiendo las recomendaciones para vivir esta tradición con bienestar. Es una oportunidad para fortalecer la unión familiar, la esperanza y la gratitud, recordando el valor de las pequeñas tradiciones que nos conectan con la esencia de la navidad.
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